11.1.10

CABRAS PARA PREVENIR INCENDIOS


La Asociación de Propietarios Forestales de Valladolid gracias a la cofinanciación de Fundación Biodiversidad, ha puesto en marcha el estudio “Prevención de incendios forestales con ganado caprino en superficie forestal privada de la Red Natura 2000 en la provincia de Valladolid”.

La zona de estudio se localiza en Quintanilla de Onésimo (Valladolid), dentro del espacio natural “El Carrascal”, incluido en la Red Natura 2000.

El abandono de la explotación de las matas leñeras y la nula explotación ganadera extensiva de los montes y pastos en la provincia de Valladolid está derivando en el aumento coberturas vegetales trabadas con un alto grado de continuidad horizontal y vertical, que aumentan el riesgo de propagación incendios forestales.

El proyecto tiene como finalidad principal disminuir el riesgo de incendios gracias al control del rebrote de encina (Quercus ilex) y matorral por parte del ganado caprino, cuya dieta incluye gran porcentaje de material leñoso. Entre los parámetros a estudiar en diferentes épocas del año, destacan la cuantificación de la biomasa consumida y el tiempo de estancia y carga ganadera óptimas que eviten los daños a la vegetación remanente.


La idea fundamental es que le manejo de ganado caprino permita complementar labores habituales de prevención como son tratamientos selvicolas, quemas controladas o la apertura y mantenimiento áreas cortafuegos y fajas auxiliares, que quedan limitadas en el tiempo debido al rápido crecimiento de la vegetación leñosa.

Para ello, un pastor local concentrará a su rebaño en los lugares indicados hasta que criterios técnicos recomienden su retirada. Con el fin de facilitar el trabajo al pastor y localizar mejor las zonas de actuación, se instalarán cercados móviles provistos de pastores eléctricos, donde el ganado pastará acompañado de mastines sin necesidad de ser vigilado continuamente.

El estudio permitirá, además disminuir el riesgo de incendios forestales, recuperar una actividad sostenible que dinamiza el medio rural y velar por la conservación de uno de los espacios protegidos más importantes de la provincia de Valladolid.
Fuente: Junta de Castilla y León.

3 comentarios:

Jesús Dorda dijo...

Un trabajo muy interesante.
Conseguir el equilibrio en el mantenimiento de los ecosistemas que en realidad han llegado a nosotros gracias a las transformaciones de los usos tradicionales, es todo un reto que necesitamos asumir ahora que muchas explotaciones agrícolas, ganaderas y forestales han dejado de realizarse.
En el equilibrio uso-conservación está la realidad de nuestros ecosistemas ibéricos.

JAVIER dijo...

Hola, por Aragón además de favorecer la ganadería extensiva y promocionar el ganado ovino, se han introducido un grupo de 23 "camellos" en Fraga, para la misma labor preventiva contra incendios forestales. Un cordial saludo

(calceolusycentaureas.blogspot.com)

Anónimo dijo...

¡Buena iniciativa!, ¡qué mentes más sapientísimas!, ¡que las cabras "limpien el monte"!. Utilizar precisamente cabras, un fitófago nada selectivo, insaciable, que arrasa con toda la vegetación de los ecosistemas, no es la mejor manera de conservar un monte, y más si tenemos en cuenta que dicho monte esta incluido en la Red Natura 2000, precisamente por albergar valores ambientales, como la biodiversidad botánica.
Es un tremendo error y un despropósito, considerar que los montes se queman porque están sucios.
Un monte lleno de vegetación arbustiva y de matorrales, con árboles jóvenes en crecimiento y otros muertos caídos o en pie, no es un monte sucio, es un monte VIVO.
No hay que olvidar nunca, que un monte es un ecosistema natural, y por tanto no estamos hablando de parques y jardines o de plantaciones industriales, donde todo esta pulcramente cuidado por la mano del hombre.
Si un monte se quema es porque es un monte sobreexplotado, siendo generalmente plantaciones forestales de pinos o eucaliptos, es decir se trata de un monte industrializado que nunca ha mantenido un equilibrio natural.
Considerar por tanto, que un monte en equilibrio como es “El Carrascal”, necesita una “ayudita” metiendo cabras, porque esta “sucio”, es solo propio de personas desinformadas que se dejan llevar por modas pasajeras o costumbres de dudosa utilidad ambiental, cuando no, por gentes que persiguen dudosos fines.
Lo que los montes ibéricos actuales necesitan, después de siglos de sobreexplotación, es que les dejen en paz, que puedan regenerarse por si mismos sin intervención humana alguna, para que puedan realizar su función ecológica, y así tener verdaderos bosques en la península Ibérica.
La transformación que de ellos hicieron y hacen los llamados usos tradicionales, ha deteriorado la mayoría de los ecosistemas ibéricos, privándoles de un funcionamiento verdaderamente ecológico.
Existen claros ejemplos que denotan ese falso y pretendido equilibrio natural creado gracias a los usos tradicionales, y un buen ejemplo son los buitres ibéricos, que de desempeñar su misión de carroñeros vitales para el funcionamiento de los ecosistemas naturales, han pasado a ser básicamente comensales del hombre, se han transformado en meros basureros de los despojos de sus ganados, dependiendo ya tanto de esta fuente de alimentación que mueren sin ella a su alcance.
La tan cacareada conservación de los ecosistemas mediante su uso “sostenible”, no es mas que pura fantasía, un tópico, un ardid con el que crear y mantener esta creencia en una población mayoritariamente ignorante, que sigue creyendo que la naturaleza depende del hombre para su mantenimiento, y a la cual se la puede explotar de forma “sostenible”, con el propósito de mantener un estilo de vida ajeno a los procesos naturales.
Así, tras la moda actual de justificar los usos tradicionales y de intentar su recuperación, como por ejemplo, el uso de ganado para la “limpieza del monte”, se esconde otras intenciones nada ecológicas, pero si muy dañinas para este tipo de ecosistemas.
De esta forma, una vez instalada la idea en la sociedad de que los montes están sucios y que necesitan ser limpiados para evitar incendios forestales, es muy fácil dar el siguiente paso y decir que a la naturaleza le sobra toda esta “suciedad”, que puede ser empleada para generar la energía que la sociedad “ecológica” necesita, en forma de biomasa.
Así arbolillos en crecimiento, arbustos, matorrales, plantas herbáceas y madera en descomposición pasa a ser mera materia para quemar en hornos de biomasa, robándole así al bosque su capacidad de regeneración natural.