17.3.09

RUTA DEL CAMINO DE SANTIAGO, DE SAHAGÚN A LEÓN


Hace unos días completé una nueva etapa del Camino de Santiago, la comprendida entre Sahagún y la capital leonesa. Ya os conté la que recorrí de Frómista a Sahagún a finales del pasado mes de diciembre.
En esta ocasión el tiempo espléndido nos hizo disfrutar aún más de una ruta que nos llevó a ciudades preciosas como Sahagún, la población de Mansilla de las Mulas y la monumental y espléndida León, pero también rutas tranquilas y pueblos decadentes en los que se palpa la despoblación y se aprecian numerosas casas cerradas y abandonadas. La avanzada edad de sus pobladores es otro dato que llama la atención al peregrino.

Los moradores de estas zonas rurales nos transmiten el retroceso que han experimentado los trabajos de agricultura y ganadería. Las nefastas políticas agrarias que se ha aplicado en España, han dejado muy tocadas las zonas rurales. La ganadería ovina ha quedado prácticamente para entretenimiento de los jubilados siendo imposible vivir de ella en pequeñas explotaciones.

Sahagún es una bella ciudad de 3425 habitantes que da la bienvenida a los peregrinos a la provincia de León. Se asienta sobre la ribera del río Cea. Tuvo un pasado esplendoroso y entre sus numerosos monumentos destacan los erigidos a través del arte mudéjar. La iglesia de San Tirso es de estilo románico y, construída en Ladrillo, es la muestra más lograda del múdejar en la ciudad. La iglesia de la Peregrina combina el gótico-mudéjar.

Allí nos contaron datos que me ha parecido interesante trasmitir. Sahagún es la ciudad de los santos Facundo y Primitivo, legionarios romanos convertidos al cristianismo, que fueron martirizados y arrojados al río Cea en tiempos de Diocleciano. Sahagún se halló bajo el influjo del monasterio de San Benito. La dominación de este monasterio fue tal que llegó a imponer penitencias a los sahaguninos tales como la prohibición de comer carne, teniendo entonces que comprar el pescado a los monjes, que mantenían unas cuantas piscifactorías. Dice la leyenda que, ante eso, comenzaron a arrojar los cerdos al río para poderlos pescar y comer pescado sin romper la penitencia.



Cruzamos el río Cea a través de este precioso puente que nos despide de Sahagún.

Caminamos seis kilómetros hasta alcanzar la apacible población de Calzada del Coto y nos adentramos en una dehesa de encinas que da paso a inmensos robledales que nos conducen hasta la famosa fuente de Valdelocajo donde hacemos una parada para reponer fuerzas.



Continuamos el camino hasta Reliegos. Por esta localidad de 300 habitantes pasaba la gran arteria romana Burdeos-Astorga y después pasó el Real Camino Francés. Las cuevas de la entrada son antiguas bodegas, que ya nadie usa porque la gente se dedica al cereal.

Y en Reliegos entramos en un bar para reponer fuerzas. Llevamos casi treinta kilómetros recorridos desde Sahagún. Y en el establecimiento conocemos a Gabino, un anciano octogenario que espera la hora de la partida diaria de cartas.

Caminar con sosiego permite entablar conversación con la gente de los pueblos que, en ocasiones, te ofrecen una jugosa y enriquecedora charla como nos brindó Gabino.


Se entretiene con nuestra conversación mientras asegura que “me gusta hablar con los peregrinos que llegan al pueblo porque te encuentras a gente de todo el mundo. Dice que su vida laboral la dedicó a la agricultura. “El cultivo del cereal siempre fue uno de los principales medios de vida de esta población en la que son famosos los tomates de nuestras huertas”, asegura.

Comentando cómo ha cambiado la vida, afirma que “el abandono del campo ha sido un desastre para las zonas rurales que se han ido despoblando con el paso del tiempo. Yo fui uno de los que aguanté en el pueblo quizá porque me horrorizó la idea de vivir en una gran ciudad”.

Seguimos conversando sobre la situación general del país y apunta que “la especulación nos ha llevado a un callejón sin salida. Los precios de los pisos en las grandes ciudades han sido insostenibles y algún día tenía que explotar la burbuja de este país que ha basado una parte importante de su economía en la construcción y eso se termina acabando, sentencia. Señala que muchas de las personas que se marcharon del pueblo buscando trabajo en la construcción se han quedado en paro ante el declive de ésta. Y que la situación de estas personas es de absoluta incertidumbre sobre su futuro, finaliza Gabino.
Nos despedimos y reanudamos ruta camino de Mansilla de las Mulas, donde pernoctaremos.



DEL CEA AL ESLA

Dejamos atrás Mansilla de las Mulas no sin antes atravesar el río Esla. El Esla es un afluente del Duero que nace en la localidad de Maraña, en el paraje conocido como "la Fuente Maraña". Tiene 286 km de recorrido, cruzando de norte a sur las provincias de León y Zamora. Es el afluente más caudaloso del río Duero, de modo que cuando desemboca en éste, lleva más caudal que el propio Duero.



Desde Mansilla sigue su curso para descender hacia la provincia de Zamora donde, gracias a los saltos producidos por varias presas, Iberdrola transforma energía. Os recomiendo una visita al famoso salto del Esla, en los aledaños de la población de Muelas del Pan. Allí precisamente, el próximo sábado día 21 de marzo se celebra una de las pruebas ciclistas más antiguas de España, el célebre Trofeo Iberdrola, competición reservada para la categoría élite y sub-23. Este año alcanza su edición número sesenta y dos. Ahí es nada.

Y viene esto a cuento porque no quiero dejar la ocasión de contar que Iberdrola, al construir uno de estos embalses desde los que genera energía hidráulica, tuvo que trasladar la preciosa iglesia de San Pedro de la Nave para salvarla de las aguas. Y lo hizo desmontando piedra por piedra y sufragando el coste que ello conllevó. Y el trofeo que recibe el ganador de esta competición ciclista es una valiosa réplica en bronce de uno de los capiteles de la misma decorado con el motivo "daniel entre los leones".




MANSILLA DE LAS MULAS

Mansilla de las Mulas es una ciudad amurallada. Perteneció al condado de Benavente hasta 1594. De sus siete iglesias, dos conventos y tres hospitales cuando era un importante centro comercial y ganadero (de ahí el apelativo de las Mulas) sólo quedan dos templos en uso: la iglesia parroquial de Santa María (s. XVI) y la ermita de Nuestra Señora de Gracia.
En esta etapa se aprende cuánto es una legua (cerca de cinco kilómetros) ya que un cartel anuncia la distancia entre Reliegos y Mansilla de las Mulas en esta antigua medida. Y llegamos a la monumental León, pero esta será una historia que os contaré otro día.

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