1.12.08

EL GOBIERNO DE ARAGÓN RETOMA EL PROYECTO PARA CLONAR EL ÚLTIMO BUCARDO


El Diario Heraldo de Aragón informa que el Gobierno de Aragón ha retomado el proyecto para tratar de clonar el último bucardo y dar así un paso fundamental tanto para la recuperación de esta especie extinguida hace casi nueve años como para convertir a la comunidad en un referente nacional en el campo de la genética. El Departamento de Ciencia, Tecnología y Universidad va a contratar a un experto en biotecnología de la reproducción y en clonaciones que se incorporará al Centro de Investigación y Tecnología Agroalimentaria (CITA) para reforzar el equipo de científicos que en el 2003 ya logró que el bucardo reviviese durante unos minutos.

Aunque entonces no se hizo público, el primer proyecto para intentar clonar al bucardo consiguió que una cabra gestase y diese a luz una cría genéticamente idéntica a Celia, la hembra vieja que falleció en enero del 2000 en el Parque Nacional de Ordesa. El animal murió a los pocos minutos por un problema respiratorio, pero su nacimiento ya supuso un hito científico: por primera vez en la historia, y aunque fuera por muy poco tiempo, se logró devolver a la vida una subespecie totalmente extinguida.

Ahora, el reto es conseguir un bucardo que llegue a ser adulto. La tecnología actual solo permite obtener hembras réplicas de Celia, ya que no se guarda material genético de ningún macho. No obstante, con esos clones y un largo proceso de cruce con otros tipos de cabrá montés, podría conseguirse una especie casi idéntica.

Además, según distintas fuentes consultadas, los constantes avances en el campo de la genética no permitan descartar que algún día se puedan clonar machos de bucardo a partir de células muertas -las de Celia están vivas y congeladas en distintos laboratorios-.

El bucardo era una subespecie de cabra montés ibérica propia del Pirineo que ocupaba toda la cordillera, pero la presión cinegética hizo que poco a poco fuera retrocediendo hasta quedar restringida al macizo de Monte Perdido. A pesar de los esfuerzos por recuperar esa población, a finales de los ochenta solo quedaban unos 10 ejemplares, en 1990 se observó el último macho y en el 2000 murió Celia.

Los últimos años de vida de la especie coincidieron con el bum de la clonación -en 1996 nació la oveja Dolly-, y eso hizo que en Aragón se decidiese capturar algún bucardo para obtener muestras genéticas. Desde ese primer momento, el científico que ha liderado el proyecto ha sido José Folch, jefe de la unidad de Tecnología en Producción Animal del CITA.

"Cuando solo quedaba una hembra, decidimos que era necesario conservar su ADN -recuerda Folch-. Fue difícil, pero finalmente logramos capturar a Celia y coger células de la oreja y de la zona inguinal que permanecen congeladas en tres laboratorios".

UN PRIMER INTENTO

Una vez extinguido el último bucardo, se puso en marcha un proyecto para clonarlo en el que participaron el CITA, el Instituto Nacional de Investigación y Tecnología Agraria y Alimentaria (INIA) de Madrid, el Instituto Nacional de la Investigación Agronómica (INRA)de París y el de Tours.

"Hubo que reunir a expertos en más de una decena de técnicas. Algunos venían, hacían su parte del trabajo y se marchaban, pero todo se centralizó en el CITA -cuenta Folch-. En un primer intento conseguimos que dos cabras quedaran preñadas, pero abortaron a los 45 días de gestación. Fue a la segunda cuando logramos que una cabra diese a luz una bucarda".

Este investigador destaca que los problemas respiratorios que provocaron la muerte del animal son habituales en los procesos de clonación y resta importancia al hecho de que desde entonces el proyecto quedara aparcado. "Por desgracia, la cría murió a los pocos minutos, pero lo importante es que logramos demostrar que las células de Celia están vivas y pueden utilizarse para clonarla -afirma-. Parece que ahora va a retomarse el programa, pero da igual que se haga antes o después: la vía para la clonación está abierta".

Folch recuerda que esta técnica ya es algo relativamente habitual: se han clonado perros, gatos, caballos, muflones... El problema es que en todos esos casos había otros individuos de la misma especie que podían utilizarse para gestar el óvulo modificado genéticamente, algo que no sucede con el bucardo.

EL PROCESO

"Como no quedan bucardas, tenemos que utilizar otro animal, y los ritmos de reproducción son distintos -explica Folch-. Por eso hubo que hacer muchos trabajos previos hasta determinar que como madre de alquiler teníamos que usar una cabra proveniente del cruce entre una cabra doméstica y un macho de cabra montés de Beceite".

Para llevar a cabo cualquier clonación hacen falta tres animales: el que se quiere duplicar -la bucarda Celia-, el que aporta el óvulo que se reprogramará genéticamente -una cabra doméstica- y el que gestará el óvulo ya modificado -el cruce entre una cabra doméstica y un macho de cabra de Beceite-.

De forma esquemática, el proceso comenzará extrayendo de un óvulo de cabra doméstica el núcleo, donde se encuentra la información genética. Esos cromosomas se sustituirán por los de una célula de Celia, lo que convertirá el óvulo en un embrión listo para desarrollarse con la información genética del último bucardo.

A partir de ahí comenzará la fase más delicada, ya que ese embrión modificado se tendrá que implantar en el útero de la cabra que hará de vientre de alquiler. El animal tendrá que quedar preñado y gestarlo adecuadamente hasta dar a luz una réplica de Celia -la cría clonada en 2003 nació por cesárea-.

Para participar en todo este proceso, el Departamento de Ciencia, Tecnología y Universidad contratará a un científico que ya haya desarrollado técnicas de clonación. Lo hará a través de la fundación Aragón I+D, la entidad encargada de captar investigadores ya formados que pongan en marcha nuevas líneas de trabajo pioneras en la comunidad. El proceso de selección ya ha empezado.

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