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Después de varias semanas desconectado, regreso a este punto de encuentro con fuerzas renovadas. Siempre he creído en lo necesario que es para las personas desconectar de la rutina diaria durante unos días.
La verdad es que el cuerpo y la cabeza lo agradece y es lo que he hecho desde el día 13 de agosto. Ha sido un verano muy viajero, el más viajero de los últimos años, en los que no había podido salir debido a mi compromiso con mi equipo ciclista, con mis chavales.

Pero lo peor del verano ha sido el tremendo calor, la preocupante ausencia de lluvias y los incendios forestales que, de forma trágica, han asolado algunas tierras. Incendios originados por negligencias, pero también por la naturaleza, como el de Maestrazgo. Hasta veinte focos se registraron de este incendio causado por los rayos y que arrasó 13.000 hectáreas.
Nefasto verano este de 2009. Demasiadas miles de hectáreas calcinadas. ¿Cuándo llegarán las lluvias?, ¿Y cómo lo harán?. ¿Nos espera la gota fría?. ¿Volveremos a ver las terribles imágenes de casas inundadas por el barro?.

SORIA, PARA EMPEZAR

Comencé mis viajes en Soria, en las tierras altas. Una magnífica ruta por algunos pueblos de la zona noreste de esta preciosa provincia. Yanguas, Enciso, Castilfrio, etc.
Yanguas me llamó la atención por sus casonas serranas, de tosca mampostería y adornadas con escudos nobiliarios. Pisando su empedrado pudimos charlar con algunos de los mayores de la localidad, uno de las actividades que más me llaman la atención y que no debemos dejar: HABLAR CON NUESTROS MAYORES. Nos contaron sus vivencias de las épocas esplendorosas de la Mesta, cuando, por este mismo trayecto desfilaban, el día del Corpus, los rebaños de merinas a las órdenes de rabadanes, zagales y mastines bajo la atenta mirada de sus propietarios asomados a los balcones de sus casas blasonadas

Otra actividad que adquirió gran importancia en esta tierra fue la de los recueros o arrieros de mulas que transportaban con rapidez mercancías poco pesadas y viajeros por todo el país. En sus manos estuvo la importación del vino aragonés y navarro para Soria. Destacaron como pueblos arrieros Yanguas y San Pedro Manrique. También al amparo de la trashumancia, bajaban a Extremadura y Andalucía guarreros soriano que compraban y traían, aprovechando las cañadas mesteñas, piaras de cerdos que vendían en los mercados de su tierra para las matanzas de otoño.

MONTES DE TOLEDO

Después me trasladé a los Montes de Toledo, en los que pasé unos días maravillosos junto a mi buen amigo Alfredo (Agente Medioambiental de Castilla La Mancha), un forestal comprometido con su profesión. Viví de cerca el trabajo de los Forestales Manchegos y pude comprobar cómo es su tarea diaria sobre todo en las guardias de incendios. Profesionales que cuidan con mimo del monte y abortando cualquier conato. Días atrás fueron capaces de extinguir un foco que hubiera causado una masacre. Y todo ello gracias a estar alerta, comprometidos con su profesión, con un ojo cerrado y otro abierto durante la noche y escuchando las novedades de la emisora para estar prevenidos.
Málaga, Santiago de Compostela y Cantabria, donde acudí a una interesante actividad con los amigos de AVES CANTÁBRICAS, fueron mis siguientes destinos, pero esa historia la reservo para otro día.







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