La Pedriza, ubicada en el Parque Reginal de la Cuenca Alta del Manzanares, en la Sierra de Madrid, no cesa de registrar accidentes, algunos de ellos con un resultado mortal. Las 3.200 hectáreas de este paraje que fuera territorio del bandolero Pablo Santos, compañero de correrías del mítico Luis Candelas, presentan algunos lugares verdaderamente traicioneros si no se extreman las precauciones.
Las cifras están ahí. El GERA, el grupo especial de rescate de la Comunidad de Madrid, y los Agentes Forestales, no cesan de actuar ante los sucesos que mes a mes se producen en este espacio.
Los forestales, al acecho. Los agentes de la
Comunidad de Madrid participando en un operativo
de búsqueda en La Pedriza.
Y los titulares son de lo más elocuentes. Por citar algunos de los últimos meses:
Octubre 2009- Se encuentran restos óseos del presunto cadaver de José Carlos Marco, joven que llevaba desaparecido un año en La Pedriza.
Abril 2011- "Muere un hombre tras ser embestido por una vaca en La Pedriza"
Abril 2011-"Un varón aparece muerto en La Pedriza"
Octubre 2011- "Rescatan a un niño de 14 años y dos niños de 8 que se habían perdido en La Pedriza"
Noviembre 2011- "Aparece sano y salvo el hombre desaparecido en La Pedriza"
Diciembre 2011-"Un varón aparece muerto en La Pedriza"
Cierto es que, cuando se accede al recinto en algunas épocas del año, el Parque Regional de la Cuenca Alta del Manzanares distribuye un díptico informativo sobre las normas y precauciones a tener en cuenta, entre ellas la advertencia del peligro que supone salirse de las pistas forestales. Pero es evidente que esto es insuficiente. Son demasiados los sucesos acaecidos en este lugar.
Existen numerosos puntos peligrosos, sobre todo porque, como su nombre indica, La Pedriza está plagada de granito resbaladizo. Lo más peligroso y lo que genera más accidentes, además de la escalada sin experiencia y equipos necesarios, está el abandono de las pistas forestales para andar campo a través. Los bloques de granito que hay que salvar son una invitación a una caída. Si a esto añadimos el factor de la nocturnidad, sobre todo en invierno que oscurece antes, donde la visibilidad es nula, el resultado es catastrófico.
Existe un determinado lugar de las llamadas Zetas, las pistas forestales, donde en el descenso se divisa la pista forestal. Algunas personas prefieren atajar antes de recorrer toda la pista. Ese es un punto de especial peligro ya que los bloques que hay que salvar entrañan un importante riesgo. Si a eso le añadimos el hielo y la nieve del invierno, hacen de este lugar un escenario problemático.
La señalización en determinados puntos peligrosos sería muy necesaria para prevenir accidentes. Esperemos que en los próximos meses disminuyan los accidentes y pedimos al Parque Regional de la Cuenca Alta del Manzanares que se incremente la información a los visitantes.
2 comentarios:
La montaña es más de lo que imaginamos, grandiosa pero peligrosa.
DG.
Con este tipo de casos y otros malos usos de la naturaleza, a veces, uno se arrepiente de haber hecho trabajos para animar a la gente a salir al campo.
Saludos
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