9.4.08




Sucedió en una noche de verano. Varios amigos fuimos a cenar al madrileño monte de El Pardo, autentico pulmón de Madrid que encierra una variada fauna entre las que destaca una de las mejores colonias de Águila Imperial. Provistos de un pollo asado, la velada se presumía agradable bajo el frescor de la naturaleza en una noche de agosto. Preparamos la mesa y de repente surgió entre las tinieblas un zorro que se abalanzó sobre el asado. Pudimos contener su ansia hambruna, pero astuto él, regresó pasados unos minutos, cuando sólo quedaban los huesos. No dudados en procurarle alimento a nuestro nuevo amigo, que no tenía ningún miedo de nosotros. Fue capaz de coger los huesos de nuestra propia mano. ! Que gran encuentro, que animal más bello!. ¿Cómo es posible que haya sido un animal tan perseguido y esquilmado por eregirse competencia de los cazadores de conejos?. ¿ Cómo es posible que alguien sea capaz de envenedar a tan magnífico can porque en cierta ocasión, cuando el hambre le apretaba, atacó a una gallina?.
Comenta tus encuentros en la naturaleza con seres tan magníficos como éste. Espero tus comentarios. Cuando encuentres un zorro muerto, no dudes en ponerte en contacto con las autoridades.