UN BOSQUE MILENARIO

El tamaño excepcional de los ejemplares existentes en este espacio natural, hasta los 20 metros de altura y 8 m de ruedo troncal, se debe a dos motivos: por un lado el uso respetuoso del territorio por parte del hombre, mediante su uso como reserva ganadera, favoreciendo la fertilización del terreno. Por otra parte, su ubicación, a pie de ladera, en el fondo del valle, sobre suelos más profundos que en la paramera.
Situado en la parte noroccidental de la provincia de Soria, al sur de la Sierra de Cabrejas, en el término municipal de Calatañazor, ocupa una extensión de 74 Ha de las cuales 22 son de bosque sabinar. Fue declarado reserva natural el 11 de julio de 2000 por la ley 9/2000.
Este bosque acogedor y longevo acoge algunos de los árboles de la especie de mayor porte y edad de la Península Ibérica. Se encuentra en las inmediaciones de la hermosa villa medieval del mismo nombre. Reliquia del Terciario y habitante de suelos pobres, este árbol que coloniza espacios imposibles para otras especies, es además una despensa para cuervos, urracas, zorzales y otros pájaros que encuentran en sus bayas un nutritivo alimento en los meses más fríos.
La sabina albar (Juniperus thurifera) es un árbol de crecimiento muy lento y de difícil reproducción. Resinoso de hoja perenne que suele presentar un reducido porte o alcanzar los 14 m de altura y 4 m de ruedo troncal, con tronco grueso y cilíndrico (cónico cuando es viejo) con corteza delgada de color pardo grisácea. Es un árbol dióico, es decir tiene sexos separados, con unos pies masculinos y otros femeninos. Las hojas son cupresoideas, pequeñas y muy imblincadas entre sí. Florece en primavera y su fruto madura en otoño-invierno pasando del color verde al pardo azulado. Es una especie considerada una reliquia del Terciario. Su madera es sumamente dura y resistente, y al quemarse desprende un olor que recuerda al incienso, cualidad que le ha valido el apellido de thurifera. Resiste bien los incendios y las mutilaciones.